Desde los 15 años vengo a Integración, mi mamá empezó a reciclar acá. Yo estudiaba y le ayudaba a mi mamá. Salí a los 16 de bachiller. Ella me pagaba. Tengo mucho conocimiento del reciclaje. Fui buscando trabajo luego de bachiller, a penas cumplí los 18 años la Secretaría me dio la oportunidad de trabajar en con habitante de calle y prostitución.

Lo pensé mucho, el hecho de que hubiera reciclado no quería decir que conviviera con habitante de calle. Los primeros días me dio muy duro, fue una locura, pero es un trabajo magnifico, uno aprende a valorar lo que es la vida realmente.

Integración Social en mi vida y en mi familia es algo muy bueno, nos han dado oportunidades de trabajar, de tener una vida.

En 5 años me veo profesionalmente como ingeniera de sistemas, pero apoyando el proyecto de habitante de calle. Uno este trabajo no lo puede ver tanto como una rentabilidad, sino como la ayuda que uno le da a la gente, sin importar su pasado, son personas. Es magnífico ver cómo llegan atropellados, heridos y luego como salen a los 2 o 3 meses. Sin embargo no faltan los peligros y los insultos.